domingo, 19 de noviembre de 2017

¿Puedo empezar ya a ver películas navideñas?

Por qué negarlo, serán los días más cortos, esas horas de oscuridad de más que hay que rellenar de alguna manera, pero cada año por esta época, siento ansias vivas de darme plenamente al moñerismo. Porque en contra de algunas creencias, tampoco lo hago tanto el resto del año. 

Pongo como ejemplo que me decepcionó bastante, romanticamente hablando, y contra pronóstico, el idolatrado San Junipero de Black Mirror. Será que soy algo clásica respecto al tempo, pero en cuanto a enamoramientos, me va más el roce que el flechazo. 

Cierta nostalgia invade mi cuerpo ahora que empiezo a rememorar el año, archivando mentalmente aquellos momentos que se han ganado un hueco en mi memoria. Y quizá por ir asentando esas nuevas experiencias, tiendo a repetir ficciones año tras año, regocijándome en el gusto de ver historias de las que ya conozco el final. 

Navideñas es un decir, o mejor dicho, las vuelvo yo. Será un mecanismo de defensa para que no se me enfríe el corazón tanto como los pies. 

Así, empezaré calentando motores con Wall-E, que siempre queda bien y no denigra mi estatus intelectual. Quizá seguiré con Frozen, un clásico de nuestros días al que aún no se idolatra lo suficiente. Compensaré un poco con Monstruos S.A., pocas películas me devuelven tanto a la infancia, aunque la viera por primera vez ya entrada en la veintena. Es buen sustituto para Cenicienta y Merlín el encantador, casi imposibles encontrarlas ya en su doblaje original. Y aquí, o consumimos mandanga de la buena, o nada.


Nunca pueden faltar Mientras dormías, favoritísima entre todas con esa mirada de Bill Pullman creando expectativas, y El diario de Bridget Jones, con sus frases para la historia y su banda sonora para enmarcar. Añadiré Love Actually, más por la presión social que por preferencia personal, nunca está de más cierta dosis extra de Colin Firth haciendo las mil y una versiones de Darcy. Subiré el listón con El Apartamento para bajarlo estrepitosamente luego con la sobredosis de Hallmark que me ofrecerá y aceptaré en Netflix y redondearemos todo con Beautiful Girls. Siempre es un placer volver a donde los amigos de toda la vida. 

No puedo prometer que esto será todo, lo dicho, me suele dar bastante fuerte. Por de pronto, el otro día mi chica de la habitación de al lado, me instó a que no me perdiera el capítulo 14x07 de Anatomía de Grey y aunque hace algún tiempo que lo dejé, siguiendo su "cualquiera que haya sido fan debería de verlo" lo vi. Me entró tal nostalgia que fui directa al 1x01 con una bolsa de Risketos como acompañamiento. Ni qué decir que detrás vinieron el 1x02 y el 1x03, y estoy deseando terminar de escribir para ver el siguiente. Todo pinta que también pasaré las Navidades en el Seattle Grace.

Pero, ¿puedo empezar ya? ¿O debería esperar hasta el maratón anual de Acción de Gracias con Friends?

domingo, 12 de noviembre de 2017

Sentarse tranquilamente

Sentarse tranquilamente y mirar. Mirar llover, mirar a los pájaros volar o mirar a las hojas caer.

Sentarse tranquilamente y desayunar, con todo el ritual que ello conlleva. Sobre todo con ese café tan caliente que tardará en estar a una temperatura bebible. 

Sentarse tranquilamente delante de la chimenea y vigilar el fuego, la lumbre. Disfrutar del calor que emana, del chisporreteo que suena, de los colores que se ven en las llamas. Decidir si ponerle más leña o si por ahora tiene suficiente para ir tirando.

Sentarse tranquilamente con un libro entre las manos, sin tener que mirar el reloj y siendo los capítulos los que marcan el paso del tiempo. 

Sentarse tranquilamente para hacer un autodefinido, poniendo las palabras que sabes e inventándote otras. Luego ya si eso leerás el periódico.

Sentarse tranquilamente y dejar el libro que lees para coger otro, porque simplemente te apetece cambiar de época y lugar. 

Sentarse tranquilamente porque las alubias ya están hirviendo a fuego bajo y aún falta un rato para que te pongas con los sacramentos. 

Sentarse tranquilamente y pensar que ahora te apetece ver un capítulo de esa serie que tanto te está gustando y que ya has empezado a dosificar. 

Sentarse tranquilamente y leer alguno de los mensajes que te han llegado preguntando ¿aún no te has aburrido? Y parece mentira que no te conozcan porque rara vez te aburres.

Sentarse tranquilamente y preguntarte, ¿pero qué día era hoy?

Sentarse tranquilamente y no hacer nada, porque a veces hacer cosas está sobrevalorado y las vacaciones están para volver como nueva de ellas. 


Mañana ya será lunes, disfruta de las últimas horas. 

domingo, 5 de noviembre de 2017

Mirando las nubes pasar

He desactivado el despertador para una semana. Hacía semanas que lo tendría que haber hecho pero quién me iba a decir que llegaría el día que procrastinaría vacaciones. Y así, me encuentro en pleno noviembre, planeando una semana en el pueblo donde pasé los veranos de mi infancia, con cierto miedo a que no haya leña suficiente para este friolero cuerpo.

Sé que no me voy a aburrir, siempre tuve la sensación que me aburría más en una ciudad llena planes que en el pueblo donde cada uno se busca su quehacer. Será mi Heidi interior, que intenta rebelarse cada vez que me pongo colorete. Porque a veces, el mejor plan es pasarse dos horas haciendo el fuego del horno de leña, para que a final, te puedas comer una pizza. O que vengan unas amigas de visita y que el café tenga que ser de puchero. Todo ese rollo del hygge que ahora han puesto de moda los daneses.

Llevaré la maleta llena de jerseys y de libros que lo suyo me ha costado elegir. A día de hoy, sigo renegando del libro electrónico, creo que casi disfruto más eligiendo las lecturas y viendo el espacio físico que ocupan en mi vida, que después leyéndolas. Así, me voy con El corazón de los hombres de Nickolas Butler por la mitad y para empezar Detrás del hielo de Marcos Ordóñez, Un lugar pagano de Edna O'Brien y un punto de frikismo con Star Wars: Filosofía rebelde para una saga de culto de Carl Silvio y Tony M. Vinci. Será por horas de lectura. Si a esto le añadimos que llevo descargadas las primeras temporadas de Mindhunter y Vikings, el San Junipero de Black Mirror, los últimos tres capítulos que me quedan de Stranger Things y alguna que otra película que lleva meses pendiente, entretenida estaré.


Siete días por delante, con la única premisa de no tener obligaciones y dedicarme a ver la vida pasar. Como aquel señor de El Bosque Animado que cuando le preguntaban si no se aburría viviendo en el pueblo, que al menos en la ciudad te entretienes mirando la gente pasar, y contestaba que para qué quieres entretenerte mirando a la gente pasar si puedes estar mirando a las nubes pasar.

Renovada, pero volveré.