jueves, 16 de octubre de 2014

Lectores de temporada

Llevo días dándole vueltas a una idea un poco tonta y es que creo que he descubierto que existen lectores de temporada.

Mi amiga X dice (o decía) que sólo lee en verano. De hecho, ha habido años en los que un libro no finalizado en la época estival le ha estado esperando hasta el julio siguiente. Ahora parece que le ha cogido un poco más el gusto porque el otro día me enumeraba las lecturas que tiene pendientes. Supongo que no se refería a las del verano del 2015.

Anteayer, pululaba la última portada del New Yorker por las redes. Preciosa.


Lo que me hizo pensar que yo leo mucho más en otoño y en invierno. Es como si en verano tuviera más cosas que hacer pero que una vez llegado el frío, pocos planes hay mejores que pasar la tarde con la nariz metida entre páginas.

Esta idea justificaría aquel estrés literario veraniego que os contaba a principios de septiembre (aquí), aquellos disgustos porque no encontraba el libro adecuado. Lo cierto es que ahora mi estantería de las lecturas se encuentra más llena y caótica que nunca, por no hablaros que los libros pendientes casi no me entran en su hueco asignado.



Qué poco me gusta que los títulos queden boca abajo la mayoría de las veces... una que tiene sus manías.

Y como si este montoncito fuera poco, el otro día éste post de Librópatas fue el empujón final para decidir unirme al club de lectura de la librería Garoa (parece que últimamente no salimos de allí y supongo que llamarle librería es quedarme corta), por lo que ahora también he empezado a leer Amor perdurable de Ian McEwan, que es el primer libro que comentaremos. Aún estoy suspirando por Expiación y no sé si no se habrán quedado las expectativas sobre el autor demasiado altas ya para siempre.

Pero volviendo a la tontería que me da vueltas en la cabeza, ¿vosotros leéis la misma cantidad todo el año? ¿Tenéis alguna temporada más fructífera?



Besos!



P.D.: Hablando de libros, Cosas que los nietos debería saber bien, pero no tan maravillosa como esperada. No tiene ningún sentido leerla si de fondo no suena toda la discografía de Eeels. Entonces sí, entonces se disfruta el doble.

2 comentarios:

  1. A mí el mono del club de lectura me entró el otro día leyendo Cup of Jo, porque ella dice que ha montado un club de lectura de artículos con sus amigas (¿se puede ser más mona? <3).

    Personalmente, siempre he leído más en verano, pero ahora estoy en modo lectora empedernida y me dan igual las estaciones.

    Besos!

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  2. Es una buena reflexión. Confieso que me encanta leerte.
    El libro de Mark Everett tiene sentido completa si suena de fondo The Eels.


    Nuriapy

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