jueves, 31 de diciembre de 2015
365 días en hora y pico
Hora y pico para escribir una entrada que celebre el año vivido. Esa misma entrada que el año pasado no quise escribir porque no me apetecía mirar para atrás sino mirar hacia adelante sin ningún espejo retrovisor.
Celebrar un año que ha sido grande, muy grande, diría que el más grande de toda mi historia. Un año en el que me ha cambiado la vida 180º, en el que pasó un tren delante de mis ojos que nunca pensé que existía pero que cogí sin dudar ni un segundo, porque por muy cutre que suene, algo de dentro me decía que todo el recorrido hecho hasta ahora, era para llegar a coger ese tren.
Un año en el que he cumplido los 30, con la sensación de que es la edad que quiero tener, de que la cana que me ha salido demuestra de que no tengo que dar tantas explicaciones y de que tampoco está tan mal quedar con las amigas para desayunar. De hecho está muy bien. Puede que sea porque los 30 vinieron cuando ya tenía ese gran proyecto entre manos, cuando sentía que estaba haciendo algo muy bonito y ciertamente transcendental. Ese peso hizo que mis hombros estuvieran más erguidos a los 30.
Hora y pico para celebrar que no me he ido de vacaciones en todo el año porque estaba trabando mucho, y porque más que ir, ahora lo que me gusta es ser una parada en al camino, una perfecta anfitriona. Para alegrarme por el patio de mi casa, que es muy particular, y porque los jardines tienen vistas al mar, a la Concha, que es el camino al trabajo más bonito que podría tener. Para aguantarme las ganas de brindar con esas dos copas vacías que tengo en casa hasta el 3 enero, que es cuando regresarán mi Mónica y mi Rachel particular, y podremos hacer por fin ese domingo de marianitos y cine en el sofá que tenemos planeado desde unas semanas. Porque las habitantes de las habitaciones contiguas a la mía, son muy muy guays.
Hora y pico para acordarme de lo bonito que fue escuchar aquel chaparrón tumbada en la cama antes de dormirme, porque tengo la suerte de que en mi silencioso patio nada enturbia el ruido de la lluvia. De que he vuelto a hacer el café en mi antigua cafetera italiana, a fuego, y ese ruido es gloria bendita. De los libros que he leído (pero eso siembre se merece un post propio), de las películas que he vuelto a ver y de las que me han sorprendido. De los partidos que hemos ganado y de las noches que hemos vuelto atrás bailando Estopa. De esos atardeceres en los que he podido ver que el sol se metía en la cama del mar a roncar y de cada una de las 100 razones por las que merecía vivir hasta en los días más rojos.
Hora y pico para no olvidarme de nadie. De Eva, que se ha convertido en un deseado matrimonio por conveniencia con el que bailar El Perdón a escondidas. De todos los que os habéis alegrado tanto como nosotras de que tengamos esa esquina mirando al mar y os habéis dejado perfumar con nuestros acordes de Bowie. De las personas que han compartido estos 365 días conmigo, porque sin ellas, qué. De Jon, Martin y Maia, porque merecen mención especial.
Pero sobre todo, hora y pico para ver pasar otra vez este año delante de mis ojos y recalcar que hoy a la noche, tengo que alzar muy alto la copa.
Y porque podría seguir escribiendo infinito pero me tengo que ir a trabajar en la última tarde del año, y me da igual, porque estoy subida al tren más bonito de todos los que he imaginado jamás. Porque quería escribir muchísimas cosas más, pero a contrarreloj, no consigo ordenar el batiburrillo.
¡Feliz año a todos!
jueves, 12 de noviembre de 2015
Perdida entre árboles
Este año estoy viviendo el otoño obsesionada más que nunca con los colores de los árboles. Me quedo mucho tiempo mirándolos, como si no que quisiera perder ningún detalle de la evolución de sus colores, como si quisiera grabarlo en mi mente porque si me despisto me voy a perder el espectáculo.
Creo que todo empezó cuando empezamos a montar la tienda online, a cada fragancia le asignamos una foto inspiradora y yo me vine arriba con las amaderadas. Árboles, montañas y niebla, un trío el que me apetecería perder, y unas fotos con las que empapelaría mi casa.
Vía Pinterest
No sé si alguna vez os he comentado que a veces veo películas dependiendo en sitio donde estén localizadas, así que el otro día tocó Your sister's sister: chica le dice a amigo algo depresivo que vaya a la cabaña que tiene su padre en la orilla de un lago, amigo le hace caso y al llegar a la cabaña se encuentra a la hermana de la chica, también un poco depresiva porque lo ha dejado con la novia. No os voy a contar más pero hay algo de lío y se pasan toda la película paseando por esos parajes para meditar bien sus acciones.
Y mientras veía la película, yo no podía dejar de pensar lo mucho que me gustarían unas vacaciones así. Dos semanas, en una cabaña, a la orilla de un lago, entre árboles, niebla y con el mínimo número de ruidos extraños. ¿Algún día lo haré? Puede. Pero tendré que poner mucho de mi parte para hacer un viaje así para no hacer nada.
¿Quién paga dinero hoy en día para no hacer nada?
¡Besos!
martes, 3 de noviembre de 2015
Escribiendo por escribir
"Ya no escribes en el blog."
Me lo están repitiendo últimamente. Yo respondo que no, con cierta tristeza y preocupación. ¿Debería escribir? Parece una tontería pero me lo pregunto.
Y lo cierto es que me gustaría. No os voy a decir eso de que no tengo tiempo... Lo de tener negocio propio usurpa energía pero algún hueco queda. Más que eso, es el hecho de no saber sobre qué hacerlo lo que me lo impide.
Hunky Dory Laboratory.
Es lo único que últimamente tengo en mente. ¿Os he dicho ya que tenemos una perfumería preciosa y que también vendemos online? Post patrocinado por Juan Palomo.
Parece ser que me he vuelto una de esas madres coñazo que no hablan de otra cosa. Que realmente no piensan en otra cosa. Y hombre, algo de orgullo y satisfacción te da el hecho de que te saquen en Woman.
Libros. Sí, también sigo leyendo. Pero tampoco escribiré un post tras otro sobre el libro del momento. Este blog antes tenía variedad.
La independencia me ha llevado a vivir en un sitio privilegiado, con esa famosa barandilla a apenas 100m, pero eso conlleva a olvidarse de las compras, de los caprichos, de las inspiraciones, y a sacarle partido máximo al armario.
Pero no me quejo. Mi mayor capricho otoñal ya esta de camino. ¡Ay, Irati! Desde que oí el nombre supe que tenía que ser mío.
¿Algo más?
Pues que se avecina presentación del libro de Andrea Amoretti en la perfumería, seguido de su taller de estilo al que estoy deseando asistir. Una escapadita express a Madrid en donde puede que se cueza algo. Y que una de las personas más guays que me ha dado este mundo 2.0 también se ha lanzado a la piscina de emprender. Os presento Moss The Shop.
Seguiremos escribiendo por escribir.
Me lo están repitiendo últimamente. Yo respondo que no, con cierta tristeza y preocupación. ¿Debería escribir? Parece una tontería pero me lo pregunto.
Y lo cierto es que me gustaría. No os voy a decir eso de que no tengo tiempo... Lo de tener negocio propio usurpa energía pero algún hueco queda. Más que eso, es el hecho de no saber sobre qué hacerlo lo que me lo impide.
Hunky Dory Laboratory.
Es lo único que últimamente tengo en mente. ¿Os he dicho ya que tenemos una perfumería preciosa y que también vendemos online? Post patrocinado por Juan Palomo.
Nuestra precios niña, Hunky Dory Laboratory
Parece ser que me he vuelto una de esas madres coñazo que no hablan de otra cosa. Que realmente no piensan en otra cosa. Y hombre, algo de orgullo y satisfacción te da el hecho de que te saquen en Woman.
Libros. Sí, también sigo leyendo. Pero tampoco escribiré un post tras otro sobre el libro del momento. Este blog antes tenía variedad.
La independencia me ha llevado a vivir en un sitio privilegiado, con esa famosa barandilla a apenas 100m, pero eso conlleva a olvidarse de las compras, de los caprichos, de las inspiraciones, y a sacarle partido máximo al armario.
Pero no me quejo. Mi mayor capricho otoñal ya esta de camino. ¡Ay, Irati! Desde que oí el nombre supe que tenía que ser mío.
El precioso bolso Irati de Zubi vía Instagram de @zubidesing
¿Algo más?
Pues que se avecina presentación del libro de Andrea Amoretti en la perfumería, seguido de su taller de estilo al que estoy deseando asistir. Una escapadita express a Madrid en donde puede que se cueza algo. Y que una de las personas más guays que me ha dado este mundo 2.0 también se ha lanzado a la piscina de emprender. Os presento Moss The Shop.
Seguiremos escribiendo por escribir.
domingo, 20 de septiembre de 2015
Ella me hace bien
"-Tengo un problema-le dijo a Vincent.
-Eres demasiado joven para tener problemas.
-Pues tengo uno. Que sea joven no es razón para no tomarme en serio. Estoy sufriendo lo que podría definirse como una crisis de engaño. Engaño a Sybel porque ella cree que la quiero todo el rato, pero en realidad cuando estoy con ella la mitad del tiempo la paso pensando en Maria Teresa, la amiga de Misty.
-A Maria Teresa le pareces un bicho. Es demasiado mayor para ti-dijo Vincent.
-No se trata de ella, tío. De ella en sí misma, vaya. Es la idea de Maria Teresa, ¿entiendes? A mí Sybel me hace bien, vaya. La comida que come tiene mucha energía, es muy saludable. Por la mañana me manda a hacer unos ejercicios de yoga y después meditamos. Medita ella, vaya. Yo solo le miro los pies, y sin prestar mucha atención. Me concentro en Maria T., básicamente. Me invento cartas de amor en latín y todo el rollo. No sé. A veces pienso que es porque de vez en cuando me gusta tomarme un helado sin sentirme culpable, o puede que a Sybel no la quiera como se debe querer. Me refiero a que tengo la sensación de que debería ser sincero con ella.
-Ser sincero nunca es lo más acertado-dijo Vincent.
-¿Ah, no? Qué sofisticado. Yo te creía un tipo de una pieza. Pero esto me está afectando, tío. Esta mañana Betty Helen me ha dicho que tenía el aura gris y suelo tenerla amarilla."
Tantos días felices de Laurie Colwin
miércoles, 16 de septiembre de 2015
¿Y después del sol, qué?
¿Vosotras también tenéis la sensación de que el verano se ha
acabado de repente? Una amiga nuestra de Alicante se ríe mucho cuando le
decimos que este verano ha sido buenísimo. Se queda como el emoticono de los
ojos enormes defendiendo que un día nublado no es un buen día y que en Donostia
hay demasiados días grises. Nosotras en cambio, sabemos cuántas veces hemos
tenido que abrir el toldo y afirmamos con certeza, que este año Lorenzo, ha
dado pocas treguas.
Si nos habéis visto la cara, sabréis que no somos de las que
nos prodigamos mucho por el sol y tampoco creáis que lo hacemos tanto porque
somos conscientes de los estragos que hace el sol en la piel, se puede decir
que simplemente somos más de sombra. Que lo de sufrir por calor, lo justo.
viernes, 11 de septiembre de 2015
Un ancla en Stars Hollow
No sé si todo empezó hace dos meses y medio, o quizá antes, cuando en la cabeza algo hizo chas y de repente todas las piezas que iban a ser Hunky Dory Laboratory encajaban.
Si miro atrás, a lo que le pedí a este inempezado 2015, me doy cuenta todo lo que me está dando, de todo lo que ha cambiado mi alrededor, y a mejor además. Trabajo nuevo (quizá llamarle simplemente trabajo se queda corto), casa nueva, rutinas nuevas, tatuaje nuevo, corte de pelo nuevo... y hasta amistades nuevas que se van consolidando poco a poco. Si olvidar las viejas, ojo.
Por eso entre tanto cambio, me he dado cuenta que el cuerpo me pide que le recuerde que sigo siendo yo, la misma de siempre, una especie de ancla que me enseñe que aunque todo ha girado 180º, seguimos perteneciendo a este lugar. Así, entre tanto capítulo pendiente y tanta serie nueva que empezará ahora, yo tengo más ganas que nunca de pasearme por Stars Hollow y de tomarme un café en Central Perk.
Será que necesito poco más para sentirme yo misma.
¡Besos!
Si miro atrás, a lo que le pedí a este inempezado 2015, me doy cuenta todo lo que me está dando, de todo lo que ha cambiado mi alrededor, y a mejor además. Trabajo nuevo (quizá llamarle simplemente trabajo se queda corto), casa nueva, rutinas nuevas, tatuaje nuevo, corte de pelo nuevo... y hasta amistades nuevas que se van consolidando poco a poco. Si olvidar las viejas, ojo.
Por eso entre tanto cambio, me he dado cuenta que el cuerpo me pide que le recuerde que sigo siendo yo, la misma de siempre, una especie de ancla que me enseñe que aunque todo ha girado 180º, seguimos perteneciendo a este lugar. Así, entre tanto capítulo pendiente y tanta serie nueva que empezará ahora, yo tengo más ganas que nunca de pasearme por Stars Hollow y de tomarme un café en Central Perk.
Será que necesito poco más para sentirme yo misma.
¡Besos!
martes, 8 de septiembre de 2015
Guido y Vincent
"-La vida es sencillísima, ¿no te parece?-repuso Guido amargamente.
-En los viejos tiempos yo le soltaría la pregunta y ella aceptaría y nos casaríamos y liquidaríamos el asunto. Después echaríamos raíces y viviríamos la vida como la vive la gente normal y corriente.
-¿Y qué te hace pensar que sois normales y corrientes?-dijo Guido-. Además, en los viejos tiempos no había ni Hollys ni Mistys. Nuestro problema es que ya no sabemos cómo deben ser las cosas."
Tantos días felices de Laurie Colwin
P.D.: La vida me está cambiando a pasos tan agigantados que poco a poco iré encontrando huecos para volver. Mientras tanto sigo leyendo. Middlesex fue una preciosidad y Tantos días felices está siendo justo lo que necesito en esos nuevos huecos que aparecen en mi día a día.
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