jueves, 20 de octubre de 2011

Escuchando a Leonard...

No crecí en una casa en la que se escuchaba mucha música. En mis recuerdos infantiles están el disco que me ponían cuando me iba a dormir (sí, tooodos los días me dormía escuchando las mismas canciones, me encantaba) y la música clásica que ponía mi padre los domingos cuando cocinaba la comida.

Todo lo demás lo escuché en el coche y allí era sota, caballo y rey. Aunque la sota, el caballo y el rey eran muy buenos. Puede que justamente por eso yo también sea de sota, caballo y rey en cuanto a gustos musicales. La sota y el caballo, no sé muy a quien se lo adjudicaría, pero el rey musical en mi coche sólo era uno: Leonard Cohen. Escuchando sus "Hallelujah"s y abrazando a un perro de peluche que teníamos que se llamaba Ruffo, me pasé media infancia.

Pero a Leonard lo arrinconaron a algún rincón de mi memoria todas las estrellas de mi adolescencia que llegaron como un torbellino. Hasta que llegó la película Salvador (Puig Antich) (enorme y durísima) con su Banda Sonora para quitar las telarañas de mi mente y devolver a la luz esta maravilla.




Suzanne, solo se puede cerrar los ojos y disfrutar.

Un par de años más tarde, empecé a leer un libro que no pudo tener mejor inicio. La gran Anna Gavalda siempre sabe cómo atraparme...


"...Mathilde suspiró, cerró los ojos, volvió a suspirar, se quitó el auricular izquierdo y me lo encasquetó en el oído derecho.
-Anda, toma... Te voy a poner algo de tus tiempos, seguro que te sientes mejor...


Y entonces ahí entre el ruido y los atascos, al otro extremo de un cable muy corto que me ligaba aún a una infancia muy alejada, unos acordes de guitarra.
Unas notas y la voz perfecta, ronca y un poco arrastrada de Leonard Cohen.

Suzanne takes you down to her place near the river
You can hear the boats go by
You can spend the night beside her
And you know that she's half crazy...

-¿Estás mejor?
But that's why you want to be there.
Asentí con la cabeza, con un gesto de niño pequeño y caprichoso.


(...)

Deambulábamos por ese barrio que tanto me gustaba, dándoles la espalda a los Hombre Ilustres, nosotros, dos pequeños mortales que no asombrábamos a nadie, entre el gentío tranquilo de los fines de semana. Apaciguados, con la guardia baja, y al mismo ritmo for he's touched our perfect bodies with his mind.
-Es la pera-dije, meneando la cabeza en un gesto de incredulidad-, ¿y todavía tiene éxito esta canción?
-Pues sí, ya ves...
-Pero si ésta debía de tararearla yo ya en esta misma calle hará treinta años... ¿Ves esa tienda de ahí?
Con un gesto de la barbilla le señalé el escaparate de Dubois, la tienda de bellas artes de la calle Soufflot.



-Si supieras la cantidad de horas que habré pasado yo cayéndoseme la baba delante de ese escaparate... Todo me maravillaba. Todo. Los papeles, las plumas, las acuarelas de la marca Rembrandt... Un día incluso vi salir de allí a Prouvé. ¡Jean Prouvé, ¿te das cuenta?! Pues bien, ese día ya sabía yo de estar balanceándome murmurando que Jesus was a sailor y todo eso, seguro... Prouvé... cuando lo pienso...
-¿Y ése quién es?
-Un genio. Bueno, ni siguiera. Un inventor... un artesano.. Un tío increíble.. Ya te enseñaré unos libros... Pero a ver... volviendo a nuestro amigo... Para mí mi preferida era Famous Blue Raincoat. ¿Ésa no la tienes?
-No. (yo tampoco)
-¡Ah! Pero bueno, ¿qué os enseñan en el colegio? ¡A mí esa canción me volvía loco! ¡Loco! Creo incluso que me cargué la cinta a fuerza de rebobinar para oírla una y otra vez...
-¿Por qué?
-Oh, ya no lo sé... Tendría que volver a escucharla, pero por lo que recuerdo era la historia de un tío que escribía a un amigo suyo... Un tío que en tiempos le había robado a la mujer, y le decía que creía que lo había perdonado... Había no sé qué historia de un mechón de pelo, recuerdo, y... oh... para mí que no conseguía ligarme a una sola tía, fíjate si sería torpe, sin gracia y patético de tan tenebroso como era, esa historia me parecía súper sexy... En fin, escrita para mí, vaya..."


Así la descubrí yo. La joya que me faltaba en mi colección de Cohen.




Desde entonces no sé si soy de Suzanne o de Famous Blue Raincoat. Pero nadie me ha dicho que tengo que elegir.


Besos!


P.D.: Sobra decir que estoy emocionada porque le den el Príncipe de Asturias a Leonard Cohen.

P.D.: El libro es El consuelo de Anna Gavalda.

4 comentarios:

  1. Cohen es enorme. Hace cuatro o cinco años lo pude ver en concierto en Lisboa, cerca de los Jerónimos y flipé. Generoso y cálido con el público, con esa voz, ese grupo... ese todo. Maravilloso. Se merece este premio y muchos más.

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  2. Has nombrado dos de mis debilidades: Anna Gavalda y la peli de Salvador, que la debilidad en si no es la peli, sino el actor Daniel Brühl..

    Un besazo!!

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  3. Tengo una hermana 12 años mayor que yo, con la que compartí dormitorio hasta los 16. Cada noche me dormía escuchando muy bajita la música que ella ponía en su radio-casette. Gracias a ella conocí la Música con mayúsculas, incluído el gran Leonard Cohen, mientras la gente de mi edad escuchaba el grupo de moda del momento. Su música me trae hermosos recuerdos.

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  4. Iepa!!

    Liburu hau irakurrita dakat, ai...ta Leonard, batzuk ez dira inoiz modatik pasako.

    Muxu,

    Irune

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