Estoy vaga para escribir.
El curso pasado anduve un poco estresada con tanto blog, tanta tarea y tanta obligación autoimpuesta. En el día a día no tenía tiempo ni de leer un rato tranquilamente siguiera, todo estaba cronometrado.
Este verano pasado fue largo y lo disfruté muchísimo. Me vi a mi misma intentando aprovechar el tiempo máximo para leer todo lo que me apeteciera, con el pensamiento de que durante el curso no tendría tiempo. Y entonces algo hizo click en mi cabeza. ¿Cómo puedo vivir la mayor parte del año sin apenas tener media hora para hacer algo tan fácil y tan sencillo del que disfruto tanto?
Y entonces me di cuenta que fuera auto-obligaciones. Fuera el obligarme a mi misma a publicar post sin ni siguiera saber sobre qué escribir. Esto es para disfrutarlo. Y así estoy ahora, que siempre me apetece más leer que escribir.
Os contaré que últimamente he releído
Jane Eyre, imaginándome a Fassbender como Rochester todo el rato y por supuesto lo he disfrutado aún más que la primera vez. También he leído la nueva de
Foenkinos (autor de La Delicadeza,
aquí)
Los Recuerdos, y aunque no me ha enganchado tanto como la primera, me ha demostrado que tiene talento y un estilo especial que me encanta y me hace sonreír.
Gavalda puede sacar pronto otro libro si quiere seguir siendo mi preferida. Me leí
Sputnik, mi amor de
Murakami, y aunque me gustó me esperaba algo más. Y ahora mismo creo que estoy leyendo cinco libros a la vez, cada vez soy más caótica en mi método.
Por cierto, tampoco he leído tanto estas dos últimas semanas porque me he hecho un maratón de
Homeland de aúpa. Casi no pienso en otra cosa. El jueves a la noche hasta soñé que era un agente de la CIA. Si alguien no lo ha visto, ya está tardando. Y tener paciencia, al principio tampoco engancha tanto.
Y a parte de todo esto... pues que el otoño me pone de lo más romántica y me paso el día viendo las hojas caer. Está tan bonito todo y va a durar tan poco.
El otro día decidí que éste es mi árbol.
A ver si entre lectura, árboles, hojas y
Homeland me paso más a menudo por aquí, si no es para escribir largas meditaciones, aunque sea para dejaros pequeñas pinceladas.
Besos!