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domingo, 1 de abril de 2018

Todo al amarillo

1. @voguejapan
2. Jeffrey Campbell
4. Free People
5. Pinterest
6. Pinterest
7. @urbanoutfitters


Leyendo el libro Cómo ser mujer de Caitlin Moran, de todo lo que decía lo que más se grabó en mi mente fue el consejo de tener un par de zapatos amarillos en el armario porque de manera sorprendente, combinan con todo. Una vez se lo comenté a mi hermana y me dijo a ver si no había visto a Moran, a ver si en serio me iba a fiar de un consejo estilístico salido de su boca. Pero yo llevo tiempo dándole vueltas y creo que esta primera me lanzo a ello. 

domingo, 29 de octubre de 2017

Cuando te dibujan



Cosas que tiene tener amigas que parecen haber salido del Renacimiento. Como Irati de letitare, que además de tener una marca de ropa espectacular, hace dibujos así de chulísimos que consiguen sacar la parte más narcisista de una misma.

Eskerrik asko, Irati!


P.D.: Por si en el post no se ve claro el enlace, aquí os lo vuelvo a repetir: www.letitare.com

domingo, 30 de julio de 2017

Comprando en julio

Rebajas, esa palabra que tan deseada era hace unos años y que tan poco dice ahora. Puede que mi lista de adquisiciones que venga a continuación indique lo contrario, pero hace ya un tiempo que dejé de volverme loca esperando los días señalados. Atrás quedaron las épocas en los que me hacía con vestidos que tampoco me gustaban tanto en colores que tampoco me favorecían tanto o cuando llenaba el carro de trapos simplemente por el hecho de que tocaba comprar algo. Con lo que me agobia llenar el armario con cosas que no utilizo, creo que he llegado a ese punto en el que compro con cabeza. Toquemos madera para no volver al lado oscuro.

Principalmente, supongo que he aprendido a tener paciencia. En saber justo qué es lo que quiero, pensar en con qué me lo pondría, en si tengo algo parecido en el armario o algo que me sirviera en las mismas ocasiones. Doy tantas vueltas que puede que me termine volviendo loca pero al menos mi bolsillo y mi armario lo agradecerán. Mi modus operandi ha cambiado, quizá gracias a Pinterest, pero ahora compro para cubrir una necesidad, ya sea real o amorosa, pero en mi cabeza sé lo que quiero y lo busco con ahínco hasta encontrar algo que me convenza. 

Este año, estoy especialmente contenta. No voy a decir que hice una lista y que la he seguido a pies juntillas, digamos que identifiqué mis necesidades y que estoy aprendiendo dónde buscar mejor. 

Aquí están:

-Zapatillas blancas: Lo sé, están en todos los lados y justo por eso yo también me di cuenta que era el calzado veraniego que necesitaba porque iba bien con todo mi armario. Aquí donde me veis tan fina, mi pie tiene la anchura del de un hobbit, por lo que he aprendido a ir a Vans de cabeza. Me llegó un vale de Zalando diciendo que me echaban de menos blablabla y lo aproveché para hacerme con unas Vans básicas, blancas y con velcros. Estoy encantada.

-Chanclas: Mucho zueco sueco precioso pero al final termino pasando el verano en chanclas, me ha costado mucho reconocerlo pero así es, soy demasiado comodona. Y ese es el punto donde unas sandalias que antes te parecían feas como las Birkenstock, las terminé probando y son tan cómodas que me enamoré de su belleza interior. El año pasado ya me hice con unas Arizona que no me quité y este año he ido en caza y captura a por el modelo Madrid Eva en blanco. Perfectas para ir a la playa y que de igual que se llenen de arena.

Pero antes de las Birkenstock, el reinado era exclusivamente de las Havaianas y todavía al menos un par tengo que tener. He repetido el modelo gris-plata unas tres veces y como todavía las tengo (aunque tan viejas que me da vergüenza sacarlas a la calle), en Amazon encontré unas salmón-naranja a mitad de precio y me lancé.

-Zapatillas de deporte: Necesitaba renovar mis zapatillas de "hacer deporte" (supongo que no soy la única que es incapaz de ir al gimnasio con las mismas zapatillas que luego utiliza para "vestir"), ya no sé cuantos años tenían y otra vez mirando en Amazon, boom, unas Nike preciosas con un -60% a 40€.


-Jersey de invierno: Llevaba unos días buscando use jersey perfecto de invierno que yo llamo con "estilo nórdico", me había rastreado las rebajas y los outlets de mis tiendas online de cabecera, pero nada. Hasta que ayer, entramos en las rebajas de las Galeries Lafayette a salsear y ahí estaba, con un -70%+-20% por ser ayer. Casi lloro de la emoción. 

Pero quizá lo más gracioso fue cuando el domingo pasado bajé a hacer algunos recados y encontré una de esas tiendas que abren los domingos para los turistas. Entré y encontré (por fin) el cárdigan mostaza que llevo buscando ya no sé ni cuantos años. Cosas del destino.

-Parka de invierno: Porque haciendo honor a la verdad, fue la parka la que casi me hizo llorar de la emoción en Lafayette. Una preciosa para gordita, de un tono ocre que me hará salir del verde militar de siempre. Y sí, con el mismo descuento que el jersey, en un precio de risa. 


Compras pendientes que seguiré buscando con paciencia por si suena la flauta:

-Reloj: Porque tengo dos y ninguno de los dos me convence ahora mismo, al final voy sin nada, cosa que me da mucha pena porque siempre he sido muy de llevar reloj.

-Clutch dorado: Fui de las que sucumbió a aquel clutch tipo neceser que sacó Zara hace unos ¿ocho años?. Lo he utilizado, me ha encantado sacarlo de paseo aún cuando las masas dejaron de hacerlo, siempre que el día necesitara algo de brillantina. Pero ahora el pobre está ya perdiendo lentejuelas por el camino intentando imitar a Pulgarcito, por lo que va siendo hora de buscarle sustituto. Si no aparece nada, amenazo con comprar un retal de terciopelo dorado e intentar hacerme esa maravilla que sacó Acne Studios hace unos años.


Y así, ni vestidos, ni faldas, ni bolsos (ya tengo el más bonito de todos o sea que para qué), ni camisetas... aunque si encuentro alguna camiseta marinera de manga larga no respondo. 

Un abrazo,
Maddalen

domingo, 16 de julio de 2017

La locura del bolso (parte II)

Os juro que pensaba que nunca lo iba a tener. El post anterior sobre el bolso lo hice medio en broma y la gracia se me fue de las manos, hasta de la radio me llamaron para saber qué tenía ese bolso para quitarme el sueño. No me quita el sueño, dije, dejémoslo en que sueño con él.

Aquel post fue una manera de despedirme de la obsesión, verbalizarlo para afrontarlo, y poco a poco me fui haciendo a la idea. Hasta que un día tonto cualquiera, me metí en la tienda online de marca y ahí estaba, fuera de stock. Adiós, ya para siempre, olvídate de mí. Y no pases 19 días y 500 noches que nos conocemos.

Pero no me resistí, quise dar una última vuelta sin esperanza por Google, como si de un funeral digno se tratase, con toda mi pena en ebullición. Pero allí, en esa segunda página del buscador donde dicen puedes esconder un cadáver, estaba mi bolso. Realmente lo que estaba era una tienda online de una cadena de zapaterías parisina de la que nunca había oído hablar. Desconfianzas por delante, ahí estaba, disponible, esperando a que yo hiciera un par de clicks. Con un nerviosismo creciente, di un paseo por París gracias al street view: las zapaterías estaban donde decían estar y los escaparates no tenían mala pinta. Por último, llamé a ese amigo que sabía que me diría algo así como "te lo tienes que comprar" y me lancé.

Lo cierto es que seguía sin creérmelo. Me repasé el seguro de Paypal y su política del pago a 20 días para estar preparada por si no volvía a saber nada de las zapaterías parisinas. Me metí otra vez, para verificar que realmente estaba ahí, en pedido procesados, pendiente de envío, y cuando quise admirar una vez más la ansiada adquisición, me encontré con un viejo amigo, el cartel de Sold Out, aquí también había llegado pero esta vez yo había sido más rápida.

Y llegó, al segundo día laborable ya estaba el repartidor entrando por la puerta de Hunky Dory con mi paquete en la mano, envuelto en la reconocible cinta de embalar de Venise Collection (que desde ahora son mis zapaterías favoritas de París y totalmente recomendable el servicio de venta online que tienen). Firmé, esperé a que se fuera el repartidor, abrí y ahí estaba. Palpé, maravilloso cuero. Bien. Olfateé, maravilloso olor a cuero. Más que bien. Era perfecto, mejor aún de lo que había imaginado.

Y así llevo, casi dos semanas. Admirándolo con el fervor de Gollum por el anillo.

 @wayaiu me retó a enseñar lo que llevo en el bolso

El otro día, una amiga me decía que no entendía lo mío con los bolsos, que no le entraba en la cabeza tanta pasión. Decía, que a ella le gustaban los vestidos, porque con ellos se podía ver más guapa, pero que un bolso no tenía ese poder. ¿Por qué entonces volverse loca por uno en concreto?

Tampoco supe muy bien qué responder, sonreí y no sé si pude disimular la cara de esto lo entiendes o no, y si no lo haces, poco puedo hacer por ti. Creo que le dije algo como que al igual que hay gente que colecciona arte o les gustan las joyas, a mí me gustan los bolsos. Supongo que será esa mezcla de practicidad y belleza, no sé, tampoco entiendo muy bien mi pasión por los aguacates y ahí está.

Cuando me llamaron por la radio, me preguntaron cuántos bolsos tengo, no sé si pensaban que respondería que tengo una habitación entera de ellos o qué. Tampoco tengo tantos, pero me gusta que los que me compro me apasionen. Me gusta desearlos de antemano, anhelarlos, planificar su compra como si de un día señalado se tratase o la emoción de decidirlo a lo loco. Luego, a veces, hasta los dejo colgados de la pared, a la vista, para admirarlos hasta cuando no los tengo entre las manos.

Dicen que los heroinómanos siguen pinchándose queriendo repetir aquel primer subidón que los atrapó para siempre. Lo mío fue algo parecido, con la suerte de que se ha vuelto a repetir varias veces y ahora que lo pienso, puede que sea la razón de lo mío con los bolsos. Tenía yo 25 años cuando nuestra madre nos dio a mi hermana y a mí una paga extra para comprar algo que nos gustara en las rebajas. El dinero daba para unos un par de vestidos en Zara, una sudadera y dos camisetas en H&M, un abrigo en Mango y hasta un par de bailarinas en Blanco. Pero en cambio, me gasté todo el dinero en un único bolso. Negro, clásico y de cuero. Fue al tocar (¿suena demasiado pervertido si digo acariciar?), al oler y al admirar aquel bolso cuando supe que mis días en Misako habían llegado a su fin.

Desde entonces ha habido varios, de todos los tamaños y colores, y hasta tengo la manía de no repetir marca (menos los de Zubi que tengo cuatro). Y lo mejor de todo, es que cuando los utilizo, vuelvo a sentir aquel primer subidón que se ha vuelto mi adrenalina particular.

¿Si le cuento todo esto a mi amiga lo entenderá?

Por lo que sí. Estoy encantada con mi nuevo bolso, ese que tanto me costó encontrar, que se volvió una obsesión y que aún no me creo del todo que esté en mi armario. Con todas las cosas que uno no puede conseguir en este vida, está bien que de vez en cuando puedas hacerte con alguna, por muy descabellada que parezca, y disfrutarla, mucho.

Maddalen

domingo, 15 de enero de 2017

El vestido para primavera

Apenas me he pasado por las rebajas, el dinero para ello se me ha ido en ingredientes saludables para mi cuerpo porque de la noche a la mañana decidí que ya tengo edad para empezar a cuidarme a fondo. Aunque no voy a mentir y he ido visitando de reojo las tiendas online a ver si encontraba algún chollo y también me hice con un par de vestidos en esas rebajas tempranas de Asos (que reconozcámoslo aunque duela, ya no es lo que era).

Lo cierto es que hace ya tiempo que pienso muy bien lo que quiero, lo busco a conciencia y si no lo encuentro pues me fastidio. Me he pasado el otoño-invierno buscando mi vestido de terciopelo perfecto y nada, por lo que ahora voy a ir más allá y para primavera lo quiero bordado.


Un vestido bordado bonito, pero bonito de verdad.


lunes, 14 de noviembre de 2016

4 cosas que me tienen loca


1- C'mon baby light my fire... muero por esa cazadora.
2- Si me pongo a ello, ¿me saldría algo tan molón? 
3- Metalizado y terciopelo, la obsesión continúa.
4- Ojalá estas Navidades hacer la foto perfecta.


No sé cuándo, pero volveré.

domingo, 28 de agosto de 2016

Casi septiembre

Tres días y empezamos septiembre. Siempre tuvo algo de perezoso y de ilusionante. Agenda nueva, cuadernos nuevos y la posibilidad de escribir cosas diferentes en ellos.

Ahora no es tan punto y aparte. Es más un punto y seguido. Pero un punto al fin y al cabo. Un mes, en el que poder lanzarte con alguna aventurilla pendiente, de volver a algún lugar común olvidado y de ver caer las hojas sin pena.

Así, por fin me he lanzado con Crimen y Castigo, una de las pocas cosas que dejé pendiente de la lista de cosas que hacer antes de los 30. En esta nueva vida que empezó el septiembre pasado, tengo la suerte de desayunar leyendo y es entonces, cuando mi cabeza más disfruta de la mejor literatura. El resto del día, suelo ir perdiendo facultades.

También he empezado The Wire, por fin, y no confirmaré ni desmentiré el hecho de que Idris Elba haya tenido algo que ver con mi decisión. Al fin y al cabo, sobraban los motivos para verla.

Tengo pensado volver al punto de cruz, porque de pequeña me encantaba y lo dejé al ver que no tenía sitio ni ganas para colgar en la pared tanto abecedario enmarcado. Pero ahora, Pinterest y @aribradshaw me han puesto los dientes largos por lo que en cuanto esta maldita tendinitis me dé un poco de tregua, empezaré a cruzar puntos con un poco más de gusto estético que a los doce.

1-Futura obra de arte mía. 
2-Parka de J.Crew que no me importaría que mi adorada Jenna me regalara. 
3-Modelo Aplausos de Papiroga, éstas u otras, pero caerán.
4-¿Clubmaster negras? Seguramente sí.


La parka perfecta, unas clubmaster, botas negras, unos pendientes de Papiroga... la cuesta de septiembre promete ser digna de mención. Pero qué vida tan privilegiada la mía cuando la duda principal es si comprar un abrigo de invierno o aprovechar para una gafas de sol. Por suerte, soy consciente de que cada día voy andando por la Concha a trabajar. Que eso no se me olvide nunca.

Y disfrutar de cada septiembre tampoco.


P.D.: Acordarme de escuchar a Roy Orbison de vez en cuando.



jueves, 7 de julio de 2016

Cosas de julio

Al lío:


Falda de tul

Oh sí, por fin voy a cumplir mi sueño e iré con una de esas voluminosas (siete capas, ahí es nada) faldas de tul a la boda de mi amiga I. Con tanta boda informal, jardinera, a una se le olvida el dress-code y termina dejándolo todo para el último momento. Por lo que si Aliexpress no tarda demasiado, me veré cual Carrie Bradshaw por las montañas navarras.



Vestido de lunares

Vuelve el verano y vuelvo a obsesionarme por este vestido de Sienna Miller. Ya no sé ni cuantos años llevo a la búsqueda del vestido de lunares perfecto, ¿es que no registras mis búsquedas, Asos? En fin, que parece ser que este año tampoco será, pero prometo no bajar la guardia.



Ombre Bob

Me lo apunto como nombre artístico si alguna vez empiezo la carrera en solitario de algo. Pero por ahora sigue siendo mi "ser o no ser". Allí lancé por octubre a decolorarme un poco la melena, esa clase de crisis que te da cuando te descubres la primera cana, y ahora estoy a punto de repetir faena. ¿Mi musa? Sólo podía ser alguien con las cejas tan negras como yo.



Team Marvel

Le estamos dando muy fuerte en casa estos últimos días. Han caído ya X-Men: Apocalipsis, Captain America: Civil War y Ant-Man. Y sí, las tenía todas vistas pero ¿acaso importa? Marvel está acertando de pleno eligiendo a quién deja hacer una película con sus personajes.


Pero llegan ya...

Así, por de pronto, tres títulos que apetece mucho ver por diferentes razones: La leyenda de Tarzán, Jason Bourne (!!!) y el Escuadrón Suicida (última oportunidad para DC Comics).



Beigbeder

¿Qué había hecho yo con mi vida sin leer a este señor hasta ahora? En fin, que me ha encantado su El amor dura tres años, me he reído y me he emocionado, mucho, y ahora estoy haciendo tiempo para no darme un atracón con todo lo que ha publicado e ir poco a poco disfrutando cada bocado.


Pero sigo buscando...

Lecturas. Estoy en una pequeña crisis literaria parecida a no tengo nada que ponerme en el armario. Pero con libros y en la mesilla. Tú no eres como otras madres me está gustando mucho, pero voy lento, y en mi pila de libros pendientes hay muchos que quiero leer pero ahora mismo no me apasionan. Por lo que se aceptan recomendaciones.


Lou y Will

Sí, soy de esas que cayó rendida a Yo antes de ti, y diré que fui bastante indie porque lo leí antes de que se volviera el fenómeno que fue, porque llevaba unos años siguiendo la estela de Jojo Moyes. Y ahora está en los cines y me debato en el querer ver la película y no, porque sé que me va a gustar pero también sé que me va a dejar trastocada. A todo esto, en Hunky Dory Laboratory tenemos ese perfume que Will le asigna a Lou, fue el final perfecto cuando lo leí y pensé que no podía acertado más con la elección.



Qué bonita piel tienes

Pues sí, pero me la cuido mucho. Y ahora llevo un tiempo yonqui perdido con la Miracle Cleanser de Aurelia. ¿Qué no la conocéis? Pues en la tienda la estamos vendiendo como churros, porque simplemente es lo más.


Atardeceres

Ahí ando colecciona que te colecciona. Este verano es el primero que pasa viviendo junto al mar y me prometí a mí misma que disfrutaría todos los que pudiera. Y así ando, los podéis ver en mi Instagram y en el de @hunkydorylab.



Me da que este verano va a dar mucho de sí...


martes, 17 de mayo de 2016

Febrero, marzo, abril, mayo...

Long, long time ago, I can still remember... es el inicio de una de mis canciones favoritas pero podría ser la introducción a este post que tanto ha tardado en llegar. Podría contar las excusas de siempre o podría decir que simplemente no me apetecía asomarme a esta ventana. No sé, quizá trabaje demasiado (gracias a los clientes de Hunky Dory Laboratory), quizá me haya vuelto más perezosa... realmente no importa. Por lo que he decidido romper la inercia con un post rapidito, con todas las cosas bonitas que han estado pululando por mi mente los últimos meses.

-The Good Wife, ese gran adios, a esa gran mujer, a esos grandes personajes y a esos maravillosos guiones. Se dice que ya está confirmado un spin-off de Diane Lockhart, si alguien puede seguir estando a la altura es ella.

-Cortinas estampadas con hojas de palmeras con una tela que compré online en una tienda que no sé ni cómo encontré. Al final, le he dicho a una amiga que me las cosa, porque a este ritmo, se me terminaba el verano y yo sin estampado tropical.


-Glitter en mis pies en forma de Birkenstock. Me lancé a por ellas y ya las he estrenado, se sigue confirmando mi teoría de que cuando algo te gusta mucho mucho, siempre te los pones mucho mucho también.

-Libros, cómo no. La Hondonada de Jhumpa Lahiri y El bar de las grandes esperanzas de J.R. Moehringer. De esas historias que se han quedado conmigo.

-No está bien que tenga favoritismos entre mis niños pero Douro de Penhaligon's, esa fragancia cítrica, seca y refrescante, que me alivia hasta los dolores de cabeza.

-Esta falda. En serio, está hecha para mí.


-Capitan America: Civil War (terminé la película muy muy arriba), El puente de los espías (soy cero de Spielberg+Hanks pero cosas que pasan), Locke... y algún título más. He vuelto a ver películas como antaño, como cuando iba al videoclub, eligiéndolas por cartel y sinopsis. Nada de pasar una hora sopesando pros y contras de 100 opciones diferentes para que luego la elegida no supere las expectativas.

-El producto estrella de la temporada: la Miracle Cleanser de Aurelia. Crea adicción. Sin más.


No prometeré volver pronto porque no sé, puede que no, o puede que mañana.

Un abrazo.

domingo, 7 de junio de 2015

Tensión pre-parto

Soy una contractura andante. Ayer cuando me levanté después de dormir 9 horas seguidas como un tronco, me di cuenta que en algún punto de la noche, mis cervicales y toda mi espalda hasta los riñones, hicieron katakrak. Así, la tensión que he ido acumulando estos últimos meses, ha querido adquirir el protagonismo que se merecía y yo por mi parte, me tendré que dignar a llamar algún masajista para que me arregle un poco el desaguisado. Qué mal.

Estamos a un par de semanas del estreno (aún no hay fecha oficial, hasta que lo tengamos todo preparado cualquiera se atreve a ello) y me parece que llevo meses en una especie de caverna hibernando. Este longevo parto me ha llevado a olvidar hasta cómo me acicalaba el pelo a principios de año. Al menos la habilidad para el eyeliner sigue intacta.

Llevo semanas medio nerviosa con eso del qué me voy a poner ahora para diario, ya no tendré días de fiesta en los que me sirva el comodín del pitillos+camiseta+chanclas+cara lavada. Ahora, tendré que ir guapa todos los días, y una enorme duda existencial puebla mis pensamientos con si mi armario estará a la altura de las expectativas.

A mis obsesiones por los bolsos y los libros, se han sumado ahora la de los zapatos y las faltas midi (estoy a la espera de una maravilla en color mostaza...). Este futuro cercano con tantas horas sonriendo a la gente hace que quiera priorizar en mis gastos.

Fuente. Posible futuro uniforme para trabajar.

En fin, que si no me paso por aquí tan a menudo es porque estoy intentando escribir las mejores descripciones para la futura página web. Porque por si alguien no sé ha enterado, abrimos perfumería muy pronto.

Los detalles están al caer.



¡Besos!

martes, 5 de mayo de 2015

Y tú, ¿de qué colores te vistes?

Hace unas semanas fui a las charlas blogger que había en Urbil y le pregunté a mi querida Hendaye Style si la evolución en su estilo ha sido a conciencia o si ha sido fruto de ir cambiando los gustos a base de inspiraciones varias. Me sorprendió que me respondiera que ha sido un cambio meditado y trabajado, siendo consciente de la evolución que quería dar.

Yo no considero que esté cambiando mi estilo, pero sí siento que en esta treintena que acabo de estrenar, lo estoy afianzando con pequeños gestos. El primero, y quizá más revolucionario, fue sentar las bases del mismo, tener claro qué es lo que me gusta y qué no, cuales son mis puntos fuertes y de qué experimentos me tengo ya que olvidar. Creo que ya lo comenté otra vez, pero no sabes el tiempo que se ahorra dejando de buscar los abalorios perfectos cuando te das cuenta que no eres chica de tantos adornos.


Dentro de ese primer paso, estaba la idea de utilizar la ropa cada vez más básica, en parte por gusto y en parte por la facilidad de combinarlas entre ellas. Desde siempre he sido fan de unos artículos que publica la revista In Style en los que con 10 prendas básicas, 10 prendas de temporada y 10 complementos (creo), te diseñan los modelitos de todo un mes. A mí también me gusta jugar mucho con las prendas que tengo, probar infinitas combinaciones y no estancarme siempre en las mismas.

En parte por ese pseudo-Capsule-Wardrobe que empecé a hacer y sobre todo porque jugar siempre es más fácil, de un tiempo a esta parte también he sentado las bases de la paleta de colores con la que me voy a vestir: Gris, blanco, crema, negro, rosa (sobre todo entre pasteles y corales), verde (mentas y caquis) y azul (marinos, claros y vaqueros). Más o menos.


Esto no quiere decir que no tengo ropa de otros colores ni que la voy a tener. Simplemente, que intento que cuando voy a comprar una prenda, sea de esos colores para que luego sea mucho más combinable. Por supuesto, quedan fuera de esta regla todos esos enamoramientos irracionales que por suerte, a medida que voy madurando, cada vez son más espaciados en el tiempo. También son excluyentes cualquier tipo de complementos, sobre todo bolsos.

Y tú, ¿de qué colores te vistes?



¡Besos!

viernes, 6 de marzo de 2015

Quiero rayarme

De esto que ves algo que no sabes si te gusta, pero empieza a venirte a la mente cada poco y un día, te ves buscando algo parecido como te fuera la vida en ello.


ESA falda, me va a dar tan igual que me quede mal... Ya me veo poniéndola con mi Swedish Hasbeens... ay, es puro amor.

Por cierto, si la encuentro ya me lo podría comprar porque ayer cumplí mi reto de pasar dos meses sin comprar nada nuevo y apreciando lo que tengo en el armario. Parecerá una tontería pero esta abstinencia me ha dado perspectiva, me ha ayudado a valorar todas las prendas bonitas que ya tengo y a buscar aquellas piezas que realmente me gustan o que necesito. Como dato diré que una vez cumplido el plazo, no fui corriendo a comprar algo en Asos. Al principio me costaba creer que aguantaría todo este tiempo, me daba algo de vértigo pensar que podría cruzarse el vestido de mi vida en el camino y que no podría comprarlo. Pero para nada ha sido así. No he tenido apenas tentaciones y ahora mismo sigo sin tenerlas. He pensado que esperaré al cambio de armario (primavera, ven pronto) para adquirir alguna otra prenda.

En fin, ¡buen fin de semana!



P.D. 1: De cuando definí mi estilo.

P.D. 2: De cuando decidí darle valor a mi armario.

lunes, 9 de febrero de 2015

Quiero ponerme mi chupa

Aprovechando las ofertas navideñas, me hice con un básico que llevaba años queriendo tener: una cazadora de cuero. 

Ahora, con estos días fríos que estamos teniendo, yo sólo quiero que llegue la primavera para ponerme mi chupa con cualquier prenda que se me ocurra.



Aunque de mientras, también voy feliz luciendo abrigo peludo.



¡Besos!

lunes, 12 de enero de 2015

Mis Globos de Oro




No necesito ninguna foto más para enseñar lo que me gustó de los Globos de Oro de ayer: la maestra y sus mejores alumnas.

Esto del estilo es algo complicado de explicar. No sé si se tiene o no se tiene, si se aprende con el tiempo o si es suficiente con tener una buena estilista. No tiene que ser tan fácil para que pocas más que estas tres triunfaran ayer a la noche paseando por la alfombra roja. Visto lo visto, diría que el estilo tiene que ver con no conformarse con un vestido rándom, con atreverse a llevar algo que sabes que otra luciría peor que tú y con no tener miedo a destacar sin llamar la atención. Y lo suyo tiene hacerlo alfombra roja tras alfombra roja. Yo creo que ayer la Mirren se aguantaba la risa cuando veía llegar a las jovenzuelas con sus mejores galas.

Respecto a los premios, pues poco que decir. Que a mí Boyhood no me pareció para tanto, que en cambio El Gran Hotel Budapest me pareció maravillosa y que Cómo entrenar a tu dragón 2 es mucho mejor que casi todas las nominadas a no animación. Que el premio a Linklater lo veo más lógico por atreverse a contar historias como nadie lo había hecho hasta ahora. Que Eddie Redmayne me encanta pero que estoy algo aburrida con tanto premio por personaje histórico y que muero de ganas por que a Julianne Moore crear un personaje enfermo de alzheimer. Que el miércoles intentaré ir al cine para ver Birdman y que Big Eyes me sigue dando pereza a pesar del premio a Amy Adams (y a pesar de Christoph Waltz). Que habrá que ver si The Affair es para tanto y que a mí me cuesta diferenciar Ruth Wilson de Michelle Monaghan (y eso que Ruth es mi Jane Eyre favorita). Que puede que Fargo sea mejor serie que True Detective pero que es una de las mayores injusticias de la historia que un personaje como Rustin Cohle pase a la historia sin un premio de los gordos. Porque Rust no volverá y Rust es de lo mejorcito de todo el 2014.


Y en protesta personal por el no-premio a Matthew, voy a ver True Detective otra vez y voy a leer Galveston de Nic Pizzolatto antes de ver Fargo.


¡Besos!




Editado después de haber visto Birdman: Ya no me parece tan bien el Globo de Oro a Linklater, Iñárritu se lo merece mucho más. Y Emma Stone de secundaria está que se sale también, se lo daba todo a ella. De mayor quiero ser ella.

jueves, 8 de enero de 2015

Siguiente nivel: Empieza el juego

Desde que escribí aquel post sobre mi estilo, me he dado cuenta que ya no pierdo el tiempo en intentar innovar. He simplificado mis decisiones respecto a las compras y he dejado de lado todo aquello que si a mis casi-treinta no ha entrado ya en mi armario, no lo hará. Al menos por ahora. 

He aprendido a no mirar la bisutería y a dejar de seguir buscando el rojo perfecto de los labios. Ya lo tengo, y no uno, sino 5 rojos perfectos para diferentes ocasiones. He asentado mis básicos de maquillaje (a esto igual le tendría que escribir otro post) y ya no siento la necesidad de seguir experimentando con potingues varios. 

Una vez asentada la Fase1, digamos que ha llegado el momento para dar un paso más en mi afán de minimizar decisiones y simplificar armario y tocador. Que menos es más lo tenemos ya más que aprendido. Que una habitación ordenada, incluidos armario y tocador, ayuda a tener una mente equilibrada también. Por eso, el siguiente paso va a ser aprender a valorar lo que tengo y deshacerme de aquello que no necesito. 


Hace un tiempo empecé a pensar dos veces lo que quería comprar. Con los bolsos lo aprendí fácil, basta con comprar uno bueno para saber que ya no te vas a conformar con tener 20 de Misako y Blanco. Con la ropa me costó un poco más, sobre todo en la época de rebajas de Asos donde te encuentras vestidos que te gustan más o menos a precio de risa. Pero ya puedo decir que creo que estoy rehabilitada de todas esas compras-impulsivas-incitadas-por-chollos-imprevistos, y aunque no cantaremos victoria todavía, creo que ahora sólo compro cosas que me gustan mucho. Así que me he hecho con un fondo de armario con el que estoy muy contenta y toca explotar. 

¿Habéis oído hablar del proyecto Capsule Wardrobe? No sé quién lo habrá inventado, lo he leído en varios blogs entre los que se encuentra Unfancy que es quizás con la que más identificada me siento en el planteamiento, que no es otro que intentar huir de esa búsqueda constante de cosas nuevas que comprar y disfrutar de lo que ya tenemos. Al fin y al cabo, Capsule Wardrobe no es más que una manera que poner en números esa idea de valorar nuestro armario. 

He solido leer varias variantes, pero al fin y al cabo es elegir cierto número de prendas (36-37) y no salirse de ellas en toda una temporada. Algunas meten los bolsos dentro de ese número, otras no (yo no podría)... Para algunas la temporada dura 3 meses y para otras 6... A veces se da opción de comprar alguna prenda siempre y cuando retires otra, Unfancy por ejemplo sólo la opción de comprar las dos últimas semanas de la temporada mientras vas diseñando la nueva Capsule Wardrobe para la que viene... y así hasta mil variantes (aquí un ejemplo). Pero una idea en común: disfrutar y valorar la ropa que tenemos


Reconozco que a mí me ha dado cierta pereza ponerme a contar prendas, aunque cada vez me molestan más esas que no utilizo. Antes, solía desechar con pena aquellas que no utilizaba durante un par de años, ahora disfruto cada vez que lleno la bolsa de basura. Además me he vuelto tiquismiquis con las calidades de la ropa: No he comprado una chupa hasta que ha podido ser de cuero, me fijo en el porcentaje de lana que tienen los abrigos, tengo jerséis de polyester a los que les he cogido tirria... y sin mencionar el calzado y los bolsos. Pero luego el tiempo me da la razón, no todo envejece igual y ya estamos en una edad que lo que te gustaba un año, también lo hará al siguiente. 

A lo que iba, que me he apuntado a hacer un pseudo Capsule Wardrobe, sin contar las prendas pero teniendo que aguantar hasta el 5 de marzo sin comprar nada, 3 meses me daban cierto pánico. Ahora que pasan los días y no entro en Asos, veo que mi mundo sigue girando igual y que no por ello salgo a la calle menos guapa.  Lo gracioso es que tengo aún más ganas de deshacerme de todo aquello que no me apetece poner y quedarme sólo con lo que realmente me guste. Que digo gustar, adorar. 

Sólo me he permitido un pecado rebajil: un jersey de lana gris de Massimo Dutti Hombre que me ha estado esperando toda la temporada. 97% lana, 3% seda morera. A mitad de precio. 

Ahora, toca jugar con lo que tengo.

¡Besos!

viernes, 12 de diciembre de 2014

Sin querer ser Cruella

Esta semana me han pasado cosas chulísimas. Desde seguir preparando una cata de perfumes con libros que vamos a hacer en la librería Garoa en 30 de diciembre, a la charla que di sobre mis blogs en la Sede Keler el miércoles invitada por On Egon. Fue un auténtico placer.

Pero mientras andaba entre tanto ajetreo, yo tenía otra preocupación en la cabeza. Espero que pronto me llegue mi abrigo de leopardo de Asos y no quiero parecer una Cruella de Vil con él. Por eso, también me he dedicado a buscar inspiración sobre el tema.



Está claro que la clave es contrastarlo con prendas informales, aunque me hacen gracia todas esas zapatillas sin calcetines. Muy monas pero menuda rasca.



¡Besos!

viernes, 5 de diciembre de 2014

Friday Night Fever

Dicen que los viernes noche son para cometer locuras. O puede que me lo haya inventado yo. Lo cierto es que con el frío que hace en la calle y lo mucho que estoy hibernando últimamente, mis locuras se reducen a las cuatro paredes de la casa donde vivo.

¿Cuándo empecé a querer un abrigo de pelo de leopardo en silencio? Ya ni me acuerdo. Supongo que hace un par de años. Pero como ya tenía el otro abrigo de pelo bicolor, me negaba a caer en las redes de más pelo sintético. Al final, el tiempo esperado no ha hecho más que incrementar mis ansias de tenerlo.


El plan A fue preguntarle a mi hermana a ver si utilizaba el que nuestra madre me compró en Primark hace un tiempo y que ella se llevó a Barcelona después de que yo dijera que tenía suficiente con el bicolor peludo. La respuesta de mi hermana fue para enmarcar: "Me lo pongo para estar en casa. Es tan caliente y me siento tan diva..." Así. Con eso se supone que comparto genes. Por suerte, le pareció razonable que yo lo quisiera para andar por la calle así que aprovechando que venía a pasar unos días se lo trajo en la maleta. Hoy he ido a visitarla a casa y me la he encontrado desayunando enfundada en el abrigo. Según ella, disfrutando de los últimos momentos con él. Aunque al probármelo delante del espejo no ha resultado lo que yo imaginaba. Demasiado oscuro, demasiado peluche. Vuelta a devolverle a mi hermana lo que era suyo.

Y así me he plantado, el viernes a la noche, aguantándome las ganas de hacerme con un abrigo de leopardo y de mi sesión anual de Mientras Dormías. Lo primero, porque mi parte racional me decía que ya volví de Madrid con un abrigo nuevo que no me quito de encima y porque las rebajas están a la vuelta de la esquina (aunque soy de esas mujeres que viven con miedo de que justo lo que les gusta no va a llegar a enero). Lo segundo, porque siempre hago lo mismo, veo la que es mi película navideña favorita a principios de diciembre (por no decir a últimos de noviembre, este año superé la prueba) y luego me paso todas las Navidades con ganas de volver a verla y autoimponiéndome la ridícula ley de no repetir. Creo que este año la ley va a ser abrogada.

Por lo que tenía dos opciones, no comprar el abrigo y seguir viendo capítulos de The Good Wife como una loca, o comprarme ese precioso abrigo de leopardo que me estaba esperando en Asos (en serio, ¿qué haría sin esta tienda?) y disfrutar de la mirada de Bill Pullman. Soy débil ante las tentaciones y bastante tengo con seguir la dieta de June estrictamente por lo que... click, click y a disfrutar.


Qué disfrutéis de estos deliciosos tres domingos y de sus desayunos. Mi viernes noche no podría empezar mejor.

¡Besos!

lunes, 24 de noviembre de 2014

Apuntes de Madrid

Vuelvo de mi periplo de cinco días en Madrid y todavía no sé dónde tengo la cabeza, una no suele saber por dónde empezar a normalizar las cosas. Cada vez que voy me parece que viajo a un universo paralelo, ajeno a todo mi mundo pero lleno de personas que quiero en la distancia. Parece mentira los lazos se crean en este 2.0 y se estrechan con algunas cuantas miradas cómplices al año.

Con la ciudad sigo teniendo ese sentimiento de amor/odio. Cuando estoy lejos la echo de menos, pero una vez allí no la aguanto por mucho tiempo. Cada vez que voy me siento más Heidi, echando de menos mis montañas, con una extraña sensación de saber que aunque viviera cien años allí, nunca terminaría de encajar. Me gusta ir sabiendo que tengo un sitio al que volver.

Pero su gente, ay, su gente es otra cosa. Bueno, su gente no, mi gente. Esas personas son las que hacen que me dé pena no estar más cerca, para poder llamarlas y que cualquier domingo fuera igual que el de ayer. Y lo mismo que domingo digo sábado, viernes o jueves, cada día ha tenido sus personas especiales, sus conversaciones añoradas y sus risas que ya echo de menos. Porque lo cierto es que visitar los sitios sin su gente es como bailar de lejos, los paisajes son mucho más bonitos si se intuyen sonrisas.


Me quedo con la magia cotidiana de esos encuentros. Hay tanta gente que veo más a menudo a la que me siento menos unida...

Pero también vuelvo con la maleta llena de souvenirs materiales. Con la idea reafirmada de no comprar por comprar sino por amor del bueno. Una vez un amigo me dijo que parecía de fácil enamorar y el estado en el que ha vuelto mi tarjeta de crédito podría darle la razón, aunque yo sé que en el fondo soy dura de pelar. Los astros se debieron de alinear para día tras día poner en mi camino el abrigo buscado, las cremas perfectas, una fragancia capaz de enamorarme como hacía años que no me pasaba y uno de los bolsos más bonitos del mundo con un 30% de descuento. Si alguien quiere cotillear los nombres propios, se llaman H&M, Kiehl's, Profumum Roma y Malababa.


La siguiente vez tengo que acordarme de llevar una maleta más grande para la vuelta, por mucho que mi habilidad de viajar con cuatro cosas esté cada vez más desarrollada.

Por cierto, también encontré aquello que tanta ilusión me hacía encontrar. Como siempre se dice en estos casos, cuando menos me lo esperaba, donde menos me lo esperaba.


Volveré. Prometido.


¡Besos!



P.D.1: El abrigo de Asos no fue lo esperado, o sí. Lo cierto es que se va a ir de vuelta, pero aprovechando su viaje llegó a casa el vestido más bonito del mundo. Y este se queda.

P.D.2: Me pregunto qué tal habrán andado mis chicas del Pirineo en su viaje a Donosti.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Habemus abrigo

Después de muchas vueltas, de encapricharme con modelos que luego no encontraba, de buscar hasta hartarme, de desesperarme... y volverme totalmente drama queen (cómo me gusta últimamente este término), habemus abrigo. Nada de lo a priori programado y por supuesto encontrado en Asos.


Flechazo que me dio y ahí que me lancé. Tengo mis reticencias de que me vaya a quedar del todo bien en la parte del pecho, pero con lo fácil que es la devolución en Asos me he arriesgado. Y para ser sincera, no sé si no va a ser demasiado claro. A ver, me gusta mucho, pero no sé si voy a terminar de verme porque normalmente todos los abrigos que tengo suelen ser mucho más oscuros.

Por eso, me he lanzado a buscar inspiración en Pinterest y ay qué cosas más bonitas.


Cómo a mí me luzca la mitad de bien...


¡Besos!

lunes, 13 de octubre de 2014

Marcando estilo

Llevo tiempo dándole vueltas a la cabeza sobre qué es tener un estilo definido. Hoy en día nos vestimos todos tan parecidos que es difícil salir un poco del rebaño establecido. Por eso, he decidido que ha llegado la hora en centrarme en ciertos aspectos de mi armario, aquellos que considero que son mi seña de identidad, y dejar de lado los demás detalles que tampoco me aportan nada.

Por ejemplo: bisutería. He pensado que voy a dejar de mirarla, total para qué, si nunca me pongo nada. No utilizo ni pendientes ni anillos ni pulseras ni collares. Lo asumo, y listo. Nada de perder el tiempo buscando aquellas piezas que podrían ir conmigo.

Mejor me centro en lo que sí es parte de mi identidad. Empecemos:

-Ropa cada vez más básica:


Mi armario cada vez es más liso y ciertos estampados cada vez me dan más pereza. Por eso he decidido centrarme en los básicos, que luego son los que más utilizas y no comprar nada con la idea de "bah, ya me lo pondré alguna vez", por muy barato que esté en Asos. Que las compras sean con convencimiento de causa. Enamoramientos muy gordos o necesidades muy grandes.

Tatuarme eso del menos es más. ¿Si es lo que nos gusta en otras por qué no aplicarlo en nosotras mismas? Si al final siempre terminamos recargando el look sin darnos cuenta.

Tener en cuenta cuáles son mis colores. El gris es Dios. Es mucho más que el nuevo negro. El gris lo es todo. Para acompañarlo me quedo con el rosa, el verde y el crema. Esto no quiere decir que no me ponga nada de otros colores, sino que tengo que tener en cuenta lo que me gusta a la hora de comprar las cosas.


-Complementos, son la clave


Aquí si hay que dejarse guiar completamente por el corazón. Es la misma historia del bolso amarillo que os contaba el otro día, si algo nos gusta mucho, terminaremos usándolo. Si nuestro armario es más bien básico, los complementos lo alegrarán. Creo que ésta es una de mis claves.

Llevo algunos años invirtiendo en zapatos y bolsos. Los compro buenos y bonitos, muy bonitos. Así, ha llegado el día en el que me siento saciada. Tengo los bolsos que me gustaría tener y no siento la necesidad ni la tentación de comprar ningún otro. Hombre, no me importaría que algún Céline o algún Chanel tuviera lugar privilegiado en mi estantería, pero no hay prisa. Como se dice, puede que no estén todos los que son pero sí son todos los que están. Y eso es lo que importa.



-Maquillaje y peluquería


Eyeliner, máscara, colorete y labios rojos. A mis casi treinta ya he encontrado lo que me gusta y no estoy ya para experimentos. Y por supuesto, las uñas bien cuidadas y pintadas.


¿El toque final? Ya que no se me da mal eso de hacer trenzas, trabajarme un poco más el pelo e innovar con mi recién estrenada media melena.



Y esta soy yo. O lo que quiero proyectar al menos.



Besos!