viernes, 30 de agosto de 2013

Confesando odios

Una de las cosas que más me molestan cuando estoy leyendo un libro es que algún protagonista que a priori me tiene que caer bien se me haga del todo insoportable y eso me está pasando con La verdad sobre el caso de Harry Quebert de Joël Dicker. Nola, la chica en torno a la que gira toda la trama me cae fatal y se me hace bastante poco creíble que se armara la que se armó por ella.


Aún y todo seguiré leyendo el libro, porque un poco de intriga ya tengo para saber qué pasó con Nola, pero eso de que es la mejor novela negra de los últimos años... dejadme que discrepe. 

Además empiezo a pensar a ver si voy a ser una mujer prototípica que juzga y odia más severamente a las personas de su mismo sexo, porque lo mismo me pasó con la Daisy de Gatsby. Por no hablar de la protagonista femenina (ya no me acuerdo de su nombre) de Contra el viento del norte y Cada siete olas, era como para darle un tortazo. 

En fin, que como dice mi padre, hay ojos que se enamoran de legañas. 


Besos!

5 comentarios:

  1. No he leído este libro, pero con Daisy me pasó exactamente lo mismo, así que, si es un problema, lo compartimos.

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  2. yo sí que soy prototípica... odié a la prota de La canción de Dorotea de Rosa Regás... es que me enfado todavía. No entenderé nunca porqué una mujer actúa así, saboteando su felicidad. Me tranquiliza pensar que es producto de la imaginación de la escritora y que lo hizo a propósito para hacernos enfadar.

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  3. Que no, de prototípica nada, seguro que muchas (y muchos) somos de la misma opinión... la relación es del todo incomprensible. Tampoco es que el escritor sea el mejor personaje, pero el de Nola está muy desdibujado, no deja de ser una adolescente, de este libro engancha la trama, pero no los personajes. bss

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  4. Hola guapa!

    Jaja que gracia lo de las legañas!

    Si que es un poco faena eso que te pasa... a mi seguro que se me quitarían las ganas de seguir leyendo...

    Un besote!!!

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  5. Lo de Contra el viento del norte no tiene nombre.. nos lo hicieron leer en las clases de alemán y cada vez que lo cogía, me enrabiaba. Tonta no, directamente lerda. No me he leído la segunda parte, pero no tengo ganas ninguna.. aún no entiendo cómo fue best-seller..
    ¡Un besazo!

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