martes, 18 de febrero de 2014

¿Qué tiene la Gavalda que siempre nos enamora?

El otro día me sentí algo ofendida cuando leí por ahí que Agnès Martin-Lugand era la nueva Gavalda. No me hizo ni gracia porque como sabréis yo a Gavalda la tengo algo idolatrada y el 'La gente feliz lee y toma café' de Martin-Lugand ni siquiera me ha gustado medianamente. De hecho, me ha parecido un libro bastante malo. Más que nada porque aunque su lectura es fácil y entretenida, los giros que da la historia de un momento a otro están tan poco trabajados que hacen que poco a poco vaya perdiendo peso hasta convertirse en una novelilla rosa con moraleja final y una portada y un título resultones.

Pero me ofendí sombre todo porque es el titulillo de siempre, "la nueva Gavalda". A cada nueva escritora francesa contemporánea que escribe historias más o menos positivas y vende más libros de lo que se pensaba en un principio, le ponen el mismo título. Demasiados chascos me he llevado por leer libros de los nuevos Gavaldos. Como si fuera fácil lo que Gavalda hace.


Y Gavalda lo ha vuelto a hacer.

'Quisiera que alguien me esperara en algún lugar', '35 kilos de esperanza', 'La amaba', 'Juntos, nada más', 'El consuelo', 'La sal de la vida' y ahora 'Billie', la gran Billie. Con 'Billie' ha redondeado su estilo, su prosa, y todo lo que había escrito hasta ahora.

Pero, ¿qué tiene la Gavalda que siempre nos enamora?

Supongo que será una mezcla de una mente prodigiosa, horas de trabajo y el don de condensar una magnífica filosofía de vida en palabras escritas. Porque en sus libros, Gavalda no da puntada sin hilo. Estoy convencida de que a cada párrafo le da mil vueltas hasta que queda medianamente satisfecha de lo que su mente ha producido. Y eso el lector, lo agradece, y mucho. Porque a veces te encuentras demasiados libros a los que no les ves mérito alguno.

El otro día Alena (con la que he coincido en tiempo y lectura) decía que cuando estás leyendo a Gavalda, siempre consigue hacerte lo mismo: estás tan tranquila pasando las páginas y de repente... Zas! Te suelta alguna frase que lo único que puedes hacer tú es levantarte y aplaudir.

O una de esas que te mueve todo por dentro y te hace ver algo que tenías justo delante de tus ojos pero que cazurra de ti, ni te habías dado cuenta. Algo así como...

"...lo que me impide olvidarla del todo es que me 
pregunto si piensa en mí de vez en cuando... Solo eso."
(Billie)

En ese preciso instante levantas la vista del libro y suspiras por todas las veces que habrás pensado lo mismo sin apenas darte cuenta. Y justo en ese preciso instante (one more time) te das cuenta que por esos pequeños detalles te gusta tanto esa escritora.

Esos pequeños detalles que a nadie más se le ocurren y que la hacen tan grande. Porque por suerte o por desgracia Gavalda sólo hay una. Y por ahora no tiene ninguna sucesora en el trono del altar que le he creado. Bueno, podría decir que Foenkinos es el rey consorte pero hoy no estamos para hablar de él.


Besos!

4 comentarios:

  1. Aquí me tienes .
    Mientras el señorcon el que vivo hace unos espárragos trigueros a la plancha , yo en el salón , de pie , aplaudiendo a tres señoras a las que admiro.
    La autora de este post , Alena y la Gavalda
    Plas plas plaaaaaaaaaas

    ResponderEliminar
  2. Es que no habrá nadie jamás capaz de hacerle sombra.. ;)
    Ni Gavaldas ni Gavaldos!!!
    Besos!!

    ResponderEliminar
  3. Hija... Como me gustan tus post! Deberías escribir con más frecuencia. Besos!!

    ResponderEliminar
  4. Aupa!

    Ados! jajaj....zure posta irakurtzen ari nintzala Foenkinosekin gogoratzen nintzan. Ta zas!! bukaeran aipatu dezu. Zein ondo normalizatzen ditun askotan guk jakin gabe gure egunerokotasunean pentsatzen deguna :))

    Mx potolo,

    Irune

    ResponderEliminar